A veces fui montaña y en otras fui llanura,
a veces fui semilla y en otras rosedal,
a veces fui la copa de burda arquitectura
y en otras cincelado cristal de bacarat.
A veces fui la niebla y en otras fui centella
cruzando con su brillo fugaz la oscuridad,
a veces fui la mano con su temblor de estrella
y en otras fui la piedra tremenda de Goliat.
A veces fui el mesías de un rito legendario
que oculto por las sombras vivió desesperado
por la armonía eterna de alguna realidad.
A veces fui el hosanna y en otras fui el calvario,
y al ver que al horizonte mis dedos van llegando,
no sé si fui mentira, ni sé si fui verdad