Habla mucho más de lo que escucha. Los hombres absortos en sí mismos no dejan espacio en su corazón para nadie más. En cambio, los que escuchan activamente y te hacen preguntas para conocerte mejor, son generosos y de mente abierta.
Te rectifica a menudo. Si no puede controlarse y te corrige durante la plática, ¡cuidado! No sólo es una conducta irritante, es un signo de que es inseguro y busca formas de sentirse bien consigo mismo.
Culpa a los demás por todo. Llegó tarde porque un tipo se le atravesó en el camino, y no pudo pedir el plato que quería porque el camarero no le explicó. Si es maduro aceptará su responsabilidad en los problemas. Si culpa a todos menos a él, seguirá haciendo lo mismo en la relación.
Hace atrevidas insinuaciones sexuales. Ya sea en la camiseta que lleva puesta, en la calcomanía del auto, en su perfil online o directamente con los ojos o la boca: si se comporta así desde ahora, es inmaduro e irrespetuoso y seguirá siéndolo en la relación.